
Tan sólo hace un par de días, Apple presentó sus nuevos modelos de Thunderbolt (llamado antes Light Peak).
Para los que llegan tarde, Thunderbolt es una nueva tecnología de manejo de datos, desarrollado por Intel, que permite tranferencias de hasta 10 gigabites por segundo. Sí, 10 “gigas”, por segundo. El modelo de iMac con monitor de 27 pulgadas, incluso, trae dos puertos Thunderbolt.
Además, Apple permite configurar tu máquina según tus necesidades, con tarjetas o procesadores más rápidos o discos duros de mayor capacidad.
En la página promocional de la iMac se lee:
Ultrarrápido y ultraflexible, el puerto Thunderbolt cuenta con dos canales de datos de 10 Gbps de transferencia, 12 veces más rápido que FireWire 800 y hasta 20 veces más rápido que USB 2.0. Y ofrece capacidades sin precedentes de expansión para una nueva generación de periféricos de alto rendimiento. El nuevo iMac de 27 pulgadas le ofrece no sólo una sino dos puertos Thunderbolt. Así que en un instante, el iMac puede ir desde una computadora familiar a la máquina soñada por todo cineasta.
Está claro, pues hacia dónde se dirigen los tiros. Sí, Apple le dispara a los cineastas.
Esto también quiere decir que cada día se hace menos necesario tener una enorme máquina como las MacBook Pro de las nuevas) puede hacer todo lo que hace una Mac Pro. E, incluso, más si se añade el factor de la movilidad (en el caso de las laptops, desde luego).
Las diferencias de precio entre ambas líneas también son apreciables: casi dos mil dólares entre una iMac y una Mac Pro, enyerradas.
¿Marcará el Thunderbolt el comienzo del fin de las máquinas de arquitectura abierta, como las Mac Pro, susceptibles de ser configuradas según el gusto y las necesidades del usuario? Tal es la pregunta que se hacen publicaciones en línea como TUAW, Empowering Creativity o Studio Daily. Y parece haber consenso en la respuesta: todo dependerá de la rapidez con que comiencen a llegar al mercado nuevos periféricos Thunderbolt.