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A 50 años de Mondo Cane (II)

Perro Mundo, otro poster

Perro Mundo, otro poster

Perro Mundo fue la bola de nieve que se convirtió en avalancha. No solo tuvo una secuela al año siguiente (dirigida nuevamente por Gualtiero Jacopetti y, ahora si, Franco Prosperi), sino que se fue desprestigiando con burdas imitaciones. A diferencia de la original, multiplicaban el cúmulo de imágenes explícitas, convirtiendo el género “mondo” en básicamente documentales de espanto. Incluso con imágenes falsas y trucadas en cada ocasión de forma más desvergonzada (y por lo tanto más desagradables).

(Ir a la primera parte)

El género “Mondo”

Ya la correlación de secuencias que ofrecía Mondo Cane era sustituida por absoluto sensacionalismo. Deformándose en simples colecciones de imágenes filmadas y falsas. De programas televisivos muy violentos, o diversos footages.

Es así como surgieron películas como Mondo Balordo, Shocking Asia o Faces of Death. Además de Witchdoctor in Tails, Africa addio y Mondo Candido. Estas últimas realizadas por el propio Jacopetti. De hecho, fue lo último quien dirigió; supongo por el mismo agotamiento del género al mutar hacia esta suerte de explotation del mal gusto que causó Mondo Cane, obra que a mi parecer permanece intacta y sana de desprestigio.

Los cráneos de Mondo Cane

La versión original tuvo decenas de imitaciones en los años 60 y 70. Entre ellas, se pueden contar Mondo Teeno, Mondo Bizarro y Mondo Nudo; cuyas descripciones no valdría la pena destacar en este momento. Incluso existe una Mondo Hollywood con chicas mostrando los senos, muchos peinados extraños y drogas por doquier. Russ Meyer también se unió a la moda otorgando su joya trash llamada Mondo Topless, cuyo argumento lo dejo a la imaginación de los lectores (si, incluye go-go dancers de las que usan corpiños talla XXL).

El inconveniente de estas versiones derivadas del Mondo Cane es que eran emulaciones toscas y aberrantes, aun más absurdas. Y que con el tiempo fueron consideradas sumamente desagradables. Y, obviamente, prohibidas. En otras palabras, y tal como lo dice el experto argentino Diego Curubeto en su mini-enciclopedia “Cine Bizarro, 100 años de películas de terror, sexo y violencia”, esta película de Jacopetti “era terriblemente inocente al lado de los Mondo Films que vendrían después”.

Mondo Cane, imitaciones

Las imitaciones saturaban. De hecho, es casi lógico que a esta altura de la lectura podamos inferir que el clásico Cannibal Holocaust (1980, de Ruggero Deodato) es influencia directa del género “mondo”. La controversia y pormenores de este film italiano ya serían tema de otro post.

Tampoco me parece fuera de lugar añadir que un descendiente refinado del género pudiera ser la reciente “Bodysong” (2003) , un documental mudo que Simon Pummell no filmó, sino que ensambló en base a la revisión de miles de imágenes de archivo de filmotecas alrededor de todo el planeta. El trabajo es espléndido e imprescindible; pero no por esto deja ser crudo. Definitivamente no son imágenes amables. Es además el primer soundtrack de Jonny Greenwood (guitarrista de Radiohead), de ya cuatro que hasta ahora ha compuesto.

Earthlings” (2005) igualmente es un poderoso compilado de imágenes nefastas para llamar la atención sobre el trato que el ser humano da a los animales. Este caso es mucho más potente que Mondo Cane, créanme. El objetivo es otro también.

Pre-Mondo y algunos antecedentes

A pesar de todo lo dicho, este género sensacionalista de tanto éxito, y de tipo “documental” existía desde hace mucho antes.

Afirma Diego Curubeto en su publicación que desde la época del cine mudo ya había registros similares a los de Mondo Cane. De hecho, un pseudo-documental llamado “Ingagi” que data de 1930. El film sugería que había sexo entre una dama indígena y una simia. Luego se supo que todo lo que allí se veía era un fraude absoluto.

Ingagi

“Ingagi” es considerada además una película “pre-explotation”. Quizás la primera realmente conocida en la era “Pre-Code Hollywood”. En esta galería de flickr.com pueden verse posters y stills del filme original.

Diego Curubeto comenta también en su libro: “Durante el período mudo y en los comienzos del sonoro era común que algunos productores camuflaran sus intenciones de erotizar y shockear en documentales supuestamente didácticos que en realidad eran mucho más retorcidos y perversos que la más liberada fantasía sadomasoquista”.

También existían los documentales de índole científica, muy populares en la década de 1920. “Hasta el venerable John Ford filmó un documental sobre el peligro de las enfermedades venéreas para la Armada de Los Estados Unidos, ‘Sex Higiene ‘ (1941)”, culmina Curubeto en su sección sobre los “Mondo Films”.

Algunos de estos documentales que se comentan en el libro, fueron prohibidos por más de una década. Muchas películas institucionales de esta época, acerca de temas morales, son incluso preferidos por los más empedernidos fans del cine bizarro, muy por encima del propio género “mondo”. (Continúa)

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