Se trata de la versión 2.0.
No he podido probarla ni revisar bien cuáles han sido las mejoras introducidas en esta versión, pero por encimita parece que no son muchas por el lado del usuario. Salvo el tema del trabajo en colaboración a través de la red que ahora es de pago.
Con esto, los desarrolladores del software comienzan a probar su modelo de negocios. Mientras que el software es gratuito, ahora hay que pagar por usar los servicios de Internet. A mí me parece un trato y un precio justos: cincuenta dólares anuales. Sobre todo si tomamos en cuenta el precio de otros paquetes similares.
Por el lado del desarrollo futuro de la aplicación, la gente de Celtx ha introducido una estupenda opción: han abierto la puerta de los programadores que deseen crear extensiones y complementos, a la manera del navegador Firefox, cuyo motor usa el Celtx.