En el futuro la humanidad está dividida en dos grupos, pensadores y trabajadores. Los pensadores tienen la capacidad de planificar pero incapacitados para concretar sus planes. Los trabajadores pueden ejecutar los planes concebidos por los pensadores, pero carecen de su visión. Ambos grupos están separados. Los pensadores habitan en el luminoso mundo de la superficie. Los trabajadores habitan en el submundo —literal— del subsuelo.
Metrópolis de Fritz Lang, sinopsis
Entonces, Freder, un habitante de la superficie, se enamora de María, una chica del subsuelo…
En algún momento en el futuro, la ciudad de Metrópolis es el hogar de una sociedad utópica donde sus residentes ricos viven una vida sin preocupaciones. Uno de ellos es Freder Fredersen. Un día, ve a una hermosa mujer con un grupo de niños, ella y los niños desaparecen rápidamente. Al tratar de seguirla, se horroriza al encontrar un mundo subterráneo de trabajadores que aparentemente manejan la maquinaria que mantiene al mundo utópico en funcionamiento. Una de las pocas personas en la superficie que conoce el mundo de abajo es el padre de Freder, John Fredersen, quien es el fundador y maestro de Metropolis.
Freder se entera de que la mujer se llama María, que defiende la necesidad de unir las “manos” – los trabajadores – a la “cabeza” – los que están en el poder arriba – por un mediador que actuará como el “corazón”. Freder quiere ayudar a los trabajadores en su lucha por una vida mejor. Pero cuando John se entera de lo que defiende María y que Freder se ha unido a su causa, con la ayuda de un antiguo colega, un inventor llamado Rotwang, que resulta ser su némesis, trabaja para sofocar una rebelión propuesta, con María en el centro de su plan. John, sin saber que Rotwang tiene su propia agenda, hace planes que incluyen apagar las máquinas, con la perspectiva de desatar la anarquía total tanto por encima como por debajo del suelo.
Dirigida por Fritz Lang y citada hasta el cansancio en incontables filmes contemporáneos (que a su vez se han convertido en clásicos como Brazil de Terry Gilliam y Blade Runner de Ridley Scott) muchos han visto en ella una escalofriante predicción del advenimiento del Nazismo.