Anatomía de una escena: la misma historia dos veces

¿Han visto The Wire? ¿La serie?

Desde Persona, de Bergman, sabemos que no es el mismo cuento el que se cuenta que el que se escucha.

En la obra maestra del realizador sueco, Liv Ullman hace un relato y la cámara permanece sobre su rostro. Luego, el mismo relato se repite sobre el rostro de Bibi Anderson, mientras escucha. Pero ya no es el mismo. Algo ha cambiado.

—Atención: puede que me equivoque, que no sea Ullman quien narre y Anderson quien escucha. Disculpen: hace tiempo que no veo la película. Es más, puede que hasta me esté confundiendo de película. Pero estoy seguro de que lo vi en una de Bergman.

He recordado aquellas dos memorables secuencias viendo un capítulo de la primera temporada de The Wire. Estoy revisando las cinco temporadas de la serie pues una de las historias en las que estoy enfrascado —además de 3 Bellezas, la comedia de humor negro sobre el mundo de la belleza venezolana— por estos días es una especie de western urbano, ambientado en un barrio de Caracas.

Persona, Ingmar Bergman
Persona, Ingmar Bergman

He dicho western porque incluye muchas convenciones del género, pero por otro lado, también es un policial. Y creo que en los últimos años, no he visto un mejor policial televisivo que la serie de David Simons y Ed Burns. Novelista policial y reportero de sucesos, el primero; y detective de Narcóticos, el segundo; ambos autores usaron toda su experiencia acumulada para imprimirle realismo a la serie, en un mundo que conocían al dedillo: los barrios bajos de Baltimore.

La historia recorre de arriba a abajo el entramado del negocio del tráfico de drogas: desde las latas esferas políticas, hasta los vendedores de drogas al detal, pasando por toda la estructura burocrática de los servicios de seguridad estadounidenses. Muchos de los personajes de The Wire están basados en personajes reales y algunos, incluso, se interpretan a sí mismos en la pantalla. No creo que deba explicar mucho más pues estoy seguro de que muchos de ustedes la deben haber visto.

The Wire, la misma escena

Y si la vieron, estoy seguro de que recordarán el episodio 4 de la primera temporada, Old Cases. Hacia la mitad del episodio, el personaje “D” (D’Angelo Barksdale) , quien acaba de salir de prisión, relata el crimen que cometió:

El monólogo de “D” (interpretado por Larry Gilliard Jr.) está pleno de imágenes. Tantas, y tan precisas son, que no prácticamente no hace falta verlas. El ritmo y el énfasis dramático de la escena está subrayado además por los movimientos de cámara.

[amazon_link asins=’B005NFJAWG|B0053CBF5E’ template=’ProductAd’ store=’blogacine0f-20|blogacine0d-21′ marketplace=’US|ES’ link_id=’6e08cf70-fc6f-11e7-9641-fbd38c0fd9ce’]No obstante, hacia final del capítulo, la escena se crece en el recuerdo cuando los detectives McNulty y “Bunk” hacen la reconstrucción del crimen cometido por “D”.

 

Si en la primera el diálogo provocaba las imágenes, esta vez la imagen lo es todo. Pero no vemos las imágenes del relato de “D”, sino imágenes que recrean ese relato. Imágenes de imágenes. Curiosamente, casi todo el diálogo se reduce a una palabra de cuatro letras, y eso basta para expresar las diferentes conclusiones de los personajes y mostrar el arco dramático de la escena.

Sí, hombre, claro que no es Bergman. Ni siquiera es cine. Es televisión (bueno, HBO no es televisión, según reza su slogan). Pero es un buen ejemplo del uso ilimitado que se le puede dar los limitados recursos expresivos del lenguaje cinematográfico.

David Simon: “Que se j**a el lector medio”

GUÍA CORTA PARA

ESCRIBIR UN CORTO

Descarga gratis nuestra GUÍA CORTA PARA ESCRIBIR UN CORTO te guiará a través de la compleja tarea de escribir un cortometraje y, de paso, aprenderás nociones básicas de dramaturgia.

¿No sabes por dónde comenzar? Tranquilo, sólo descarga nuestra guía gratis. 

Mira el vídeo y lee nuestro tutorial.

¡La Guía corta para escribir un corto va en camino!

Subscribe for notification